EL INVIERNO

Siempre me ha gustado el invierno. Ni siquiera entiendo por qué la gente habla de días malos cuando se refiere a los días de lluvia, frío y nieve.

Aunque no puedo recordar mi primer año de vida en Rusia, me pregunto si las sensaciones que me traen los días “malos” tienen algo que ver con mi origen. Supongo que no, pero no estoy seguro.

La verdad es que a la mayoría de la gente le parece extraño, y cada vez que digo en alto que me gustan los días oscuros y fríos veo la cara de asombro de mi madre, que no puede entenderlo porque ella adora el verano y los días luminosos.

Si me paro a pensar, se me ocurre que algunos de los días más bonitos de mi vida han tenido que ver con la nieve. Recuerdo especialmente un invierno muy duro en el que cayeron varias nevadas. Como yo era bastante pequeño, mi aita me llevaba en trineo a la ikastola. También recuerdo los juegos y los muñecos de nieve con mi amigo Dani en el jardín de casa, la primera vez que fui a esquiar y, sobre todo, las peleas de bolas en la ikastola.

Me encanta la sensación de llegar a casa calado y helado,  el calorcito que se nota al entrar y lo a gusto que te quedas después de una ducha caliente. También me encanta ver nevar desde la ventana.

En fin, que ya estoy deseando que llegue el invierno de verdad y parece que no va a tardar.