2020/10/15

Poetas en Otoño

Nuestro alumnado se está acercando a la poesía durante este trimestre. En esta ocasión han escrito un poema y un relato de experiencias sobre alguna circunstancia de la que quiere escapar; y, entre otros, el covid ha sido el tema elegido por la mayoría. Hemos realizado una pequeña selección.




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N.A.

Detrás de aquellas bochornosas letras
quiero buscar una maravillosa pradera.
Detrás de aquellas irritantes voces
quiero sentir el aire fresco de los bosques.
Detrás de la gente inquieta 
quiero viajar a otro planeta.
Detrás de las carreteras con señas
quiero ver la luz de la luna llena.


El poema surgió un día después de volver a clase. Aquel día nos habían notificado unos 8 exámenes en un solo día y tropecientos trabajos. Al salir de clase, me encontré con un enorme atasco y todo el mundo estaba tocando la bocina. Por otro lado, los niños pequeños no paraban de gritar y de hacer el tonto. En consecuencia, al llegar a casa decidí escribir este poema para aislarme un poco e irme a un lugar tranquilo y desierto, donde solo hubiera tranquilidad. Ni preocupaciones, ni sonidos, ni obligaciones.


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E.Z.

AQUELLOS DÍAS VIVIDOS


Aquellos días vividos,
en casa siempre estuvimos.
Buenos intentos hicieron,
para mantenernos unidos
De todo quisimos hacer,
pero nada hicimos.
Aquellos días vividos,
todos aquellos perdidos.


Me gustaría evadirme del Coronavirus. Me evadiría de los últimos meses que hemos vivido, de estas últimas semanas, y de estos últimos días. Olvidar los días confinados y las mascarillas, y que todo vuelva a ser como hace un año. Volvería a 2019, cuando todavía no había surgido este virus y no teníamos que echarnos gel hidroalcohólico cada media hora. Todo volvería a ser normal, ir a clase, las fiestas, los amigos, los deportes... Ahora estamos todos privados de eso en una gran medida.


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N.M.

El sol sale de nuevo
con su amarillo chillón cubre el cielo.
A su lado un árbol longevo
da sombra a una princesa que lee.


La princesa observa el paisaje amarllo y verde.
Es primavera y salen las flores.
La princesa ya ha visto esto antes ,aunque no se acuerde.



Es tiempo de coronavirus, mucha gente ha muerto y muchos se están muriendo. Cada día hay más gente enferma y el mundo se está viniendo abajo. Echo de menos el contacto y poder estar con mucha gente en el mismo sitio sin tener que mantener distancias y sin llevar mascarillas. He tenido mala suerte porque me ha tocado vivir el coronavirus en la edad más bonita, la adolescencia. Sigo estando con mis amigas y quedo con ellas; pero no es lo mismo.


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X.I.


Quiero pero no puedo; 
nos enfrentamos a la muerte
y tengo miedo.
Quiero a los míos 
y temo por ellos


Me gustaría olvidar la pandemia, el tiempo del confinamiento, la enfermedad de mis padres. Yo estaba seguro de que se pondrían bien, pero pasé un poco de miedo. También quiero olvidar todos esos días en los que no estaba permitido salir de casa, en los que no podía ir ni a la cancha de detrás de casa. Durante la cuarentena eché mucho de menos a mi familia y a mis amigos; tenía muchas ganas de estar con ellos de nuevo y esperaba que a ninguno de ellos les hubiera pasado nada.


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A.O.



Si pudiera evadirme, lo haría.
Me evadiría de los problemas,
problemas sociales, 
problemas íntimos


Me evadiría de este virus que solo deja un rastro:
el rastro de la muerte.
Me evadiría de este virus que solo nos aleja,
nos aleja del cariño.
Me evadiría de este virus que nos quita personalidad,
nos quita expresividad.


Pero sobre todo, me evadiría de algo más personal:
de la tristeza,
del estrés,
de la negatividad.


Me evadiría solo por una simple razón:
La felicidad.



A todo el mundo le gustaría evadirse de algo, pero es prácticamente imposible dejar a un lado el mundo en el que vives y las cosas que te ha tocado vivir. A mí me gustaría evadirme de los problemas, ya sean personales o sociales. Me gustará evadirme de este virus que nos ha quitado la expresividad de la cara y el cariño de las personas, desafortunadamente también nos ha quitado a muchas personas inocentes o cercanas. Por otro lado, me gustaría evadirme de la tristeza y del estrés que supone tantas horas de trabajo, y ser un poco más feliz.


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M.L.


Veo pasar la estrella; 
la miro con ganas 
y espero con ansia 
a que mi deseo 
se haga realidad.

A veces vemos pasar 
la vida tan rápido, 
que ni siquiera somos
capaces de pararla. 

De parar el tiempo 
y quedarnos con aquella 
persona que nos llena tanto.




Este poema representa mi cambio de vida desde marzo hasta ahora. Me he dado cuenta de que la vida pasa muy rápido y hay que aprovecharla. Este verano me ha servido para saber que los buenos momentos no los hace el lugar, el alcohol o la fiesta, sino que la persona que está a tu alrededor. Además, el poema representa el momento en el que estás tan a gusto con una persona, que te quedarías hablando durante horas, ya que las horas parecen minutos y los minutos segundos.


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I.F.


En la cálida noche de invierno
bajo la luna llena;
una niña sobre el agua congelada
deslizándose, sin preocuparse por nada.
Guiada por los latidos de su corazón
baila mientras los hoyuelitos se le marcan.



Si tuviera que escribir un poema para evadirme, me trasladaría a una “noche cálida” de invierno, en un lago congelado. Contaría cómo una niña pequeña patina sobre el agua congelada del lago, libre y sin preocupaciones.

Escribiría un poema para evadirme de esos días encerrada en casa, cuando le daba demasiadas vueltas e importancia a todo. Con este poema intentaría recordar la sensación de libertad mientras era una niña pequeña, patinando, sin ningún tipo de preocupaciones, simplemente desplazándome y moviéndome al ritmo de la música.


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H.L.


Aquel feliz ocaso de un gran día de verano
cantando y bailando tomé la vida en mi mano.

Mientras el sol se ponía mi sonrisa aparecía;
mientras la luna asomaba mi alegría llegaba;
mientras el mar las olas mecía no dejaba de cantar.

¡Oh verano! ¿Dónde estás?
Te echo de menos
¿Cuándo volverás?




Dadas las circunstancias actuales que nos están tocando vivir debido a la pandemia que afecta a toda la humanidad, mi mente retrocede a las experiencias vividas en las noches del verano pasado.


El 2019 fue un año igual de feliz o incluso más que los anteriores y, sin duda, pasé uno de los mejores veranos de mi vida. Nada hacía sospechar que nuestra vida cambiaría radicalmente de un año para otro a causa de un virus tan letal. Aquellos tres meses supusieron felicidad, tranquilidad, diversión y fiesta para mí. Fueron momentos maravillosos que se mantendrán en mi recuerdo para siempre.

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